Cirugía Pterigión: ¿Qué es y cómo funciona?

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El pterigión es un crecimiento anormal del color rojo y blanquecino de la conjuntiva, que invade la córnea, de manera más habitual en el lado más cercano a la nariz, aunque también puede afectar al lado externo del ojo o ambos ojos.

Se presenta como una zona elevada blanquecina en el borde interno y/o externo de la córnea.

Es indoloro y los síntomas dependen principalmente del tamaño de la lesión. Los más pequeños pueden ser asintomáticos, pero a medida que crecen pueden generar molestias en la superficie del ojo como:

• Ojo rojo.

• Lagrimeo.

• Sensación de cuerpo extraño.

• En casos muy severos, la visión puede llegar a comprometerse al generarse astigmatismo y al recubrir áreas mayores de la córnea.

La causa del pterigión es desconocida, aunque el riesgo principal de desarrollo es la exposición solar prolongada y la sequedad. Por eso, aparece con mayor frecuencia en personas que pasan periodos de tiempo largos al aire libre, en climas soleados, cálidos y/o con viento. La contaminación, el polvo, la suciedad y exposición a alérgenos o químicos también pueden tener relación con ello.

Eso hace que la prevalencia cambie mucho dependiendo de la zona geográfica. En algunas regiones, puede llegar a afectar a una proporción importante de la población.

En el caso de pterigiones de tamaño pequeño, no suele ser necesario realizar tratamiento, aunque se pueden utilizar gotas que hidraten los ojos y reduzcan la sensación de molestia. Aun así, no existe tratamiento a base de medicamentos que pueda eliminarlo. Por eso, en caso de que crezca y afecte a la visión, será necesario efectuar una cirugía con el objetivo de extirpar la parte afectada de la conjuntiva y sustituirla por un tejido sano de la misma conjuntiva del paciente. Esta cirugía debe realizarse con mucho cuidado para eliminar por completo el pterigión y evitar que pueda volver a producirse.

La cirugía se realiza bajo anestesia local. Durante la cirugía, el ojo del paciente está abierto con un separador y se le protege la zona de la cabeza con un campo estéril, que no impide que pueda respirar y hablar con normalidad.

El procedimiento dependerá de la técnica seleccionada por el cirujano, la cual te explicará a detalle durante la consulta. Después de la cirugía se ocluye el ojo del paciente con un parche, que se retira aproximadamente pasadas 24 horas.

Además, en caso de sufrir un pterigión que no requiera cirugía, es necesario que el experto en salud visual lo controle regularmente, con el objetivo de garantizar que no crezca y que la operación siga siendo innecesaria. Por otro lado, en caso de que avance, la revisión ayudará a detectarlo a tiempo antes de que afecte a la visión.

Asimismo, aquellas personas que hayan sufrido un pterigión anteriormente, deberán tener cuidado y acudir al oftalmólogo rápidamente en caso de que los síntomas reaparezcan.

Fuente de información: ICRCAT & Instituto de microcirugía ocular