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Nuestros ojos son uno de los tesoros más maravillosos que tenemos para descubrir el mundo y cuidar de ellos implica responsabilidad y compromiso. Por ello, es fundamental tener conocimiento acerca de su protección y la manera en la que podemos corregir cualquier dificultad visual, como la miopía, la presbicia, la hipermetropía y el astigmatismo, en caso de que cualquiera de estas haya sido diagnosticada por un especialista.
Los lentes de contacto son una excelente alternativa para el cuidado visual que se adapta con gran facilidad a nuestra graduación, actividades y necesidades diarias. Ya sea en su función para atender las condiciones de refracción, o bien, para dar un increíble aspecto cosmético, se necesita ser cuidadoso con su uso, ya que requieren de limpieza frecuente; una correcta manipulación para colocarlos sobre la capa lagrimal que cuida y lubrica la córnea; y muy importante, seguir las instrucciones sobre su reemplazo.
Asimismo, existe una gran variedad de lentes de contacto que la mayoría de las personas son candidatas para utilizar. Sin embargo, estos tienen una serie de reglas básicas respecto a su uso y mantenimiento con las que se debe cumplir para prevenir infecciones y otros riesgos oculares, como es el caso de exceder su tiempo de vida.